La evaluación psicopedagógica se
entiende como un proceso constante y
sistemático a través del cual se puede apreciar el grado de desarrollo del beneficiario
y de las modificaciones que se producen en éste como consecuencia del proceso
educativo y de la interacción del mismo con su medio natural y social.
La palabra evaluar y sus
variaciones generan frecuentemente, en menor o mayor grado, resistencias y
temores en el evaluado, sobre todo por estar asociada con procesos de calificación,
clasificación, exclusión y acreditación. Es vital cambiar esta concepción de
los procesos de evaluación, pues su función real es constructiva y propositiva,
donde los evaluados tienen la oportunidad de recibir retroalimentación y
mejorar continuamente, a fin de que sean más productivos y realicen trabajos de
mejor calidad. El valorar es emitir juicio, el hacer un juicio es valorar, por
lo que se dice que estos dos conceptos son sumamente próximos. Las evaluaciones
válidas sobre el aprendizaje y las competencias que van logrando el
beneficiario en el proceso, con el fin de redefinir propósitos y estrategias a
utilizar en la evaluación. En la medida
que el alumno vivencia su proceso de aprendizaje como un acto permanente de
construcción y revisión de su proyecto personal de desarrollo se mantienen
atento y autocrítico a los cambios producidos en él. Este es el sentido y significado
de la autoevaluación.
Se considera la evaluación como
un proceso dinámico, abierto y contextualizado que se desarrolla a lo largo de
un período; no es una acción puntual o aislada. En segundo lugar, se han de
cumplir varios pasos sucesivos durante dicho proceso, uno de estos es la forma
de obtener la información; desde este punto se puede analizar la evaluación
Psicopedagógica como la aplicación de procedimientos básicos y fiables para
conseguir datos e información sistemática, rigurosa, relevante y apropiada que
fundamente la consistencia y seguridad de los resultados de la evaluación. Los
datos obtenidos deben permitir fundamentar el análisis y valoración de los hechos
que se pretenden evaluar, para que se pueda formular un juicio de valor lo más
ajustado posible, de acuerdo con las valoraciones emitidas sobre la información disponible que sea
relevante se podrán tomar las decisiones que sean adecuadas para cada caso.
Por otra parte para realizar la recogida de información se cuenta con determinados
instrumentos de evaluación que nos facilitan la observación directa del alumno;
otros permiten obtener datos necesarios para que el profesor, o el equipo
educativo, puedan establecer juicios que puedan tener un carácter predictivo o
no, pero que son consecuencia del análisis de los datos obtenido. El proceso
debe desembocar en una forma de decisiones que pueden ser de diferente
naturaleza de acuerdo con el análisis efectuado y con las necesidades
detectadas en el alumno.
Evaluación Psicopedagógica. Técnicas e
Instrumentos a utilizar.
Entendemos la evaluación psicopedagógica como una modalidad de
evaluación que se desarrolla en el seno del proceso de enseñanza-aprendizaje
para profundizar en el conocimiento de aspectos personales y escolares de algunos
alumnos concretos. Debe entenderse como una modalidad de evaluación que
fundamenta la toma de decisiones para proporcionar la respuesta educativa más
adecuada en determinados momentos delicados o conflictivos de su
escolarización. La finalidad de la evaluación psicopedagógica es apoyar la toma
de decisiones educativas sobre un alumno en un momento determinado de su
escolarización.
Características de la
evaluación psicopedagógica
Las características básicas de la evaluación psicopedagógica son:
- Debe ser integradora: en la medida en que debe considerar todos los
aprendizajes del alumno para determinar qué necesidades educativas presenta
- Debe tener un carácter procesual, ya
que su elaboración constituye un proceso sistematizado en el que, cada uno en su
momento, individual o conjuntamente, debe intervenir los profesores de aula, el
profesor-tutor y el orientador escolar.
- Debe ser coherente, ya
que su puesta en práctica debe estar adaptada a las necesidades de cada alumno,
para ajustar en lo posible su proceso educativo.
- Debe ser planificado de acuerdo a las estrategias adaptadas
conjuntamente por el Equipo Educativo, Profeso-tutor y Orientador.
- Debe ser contextualizada, de modo que sea adecuada a las características
del alumno, teniendo en cuenta su contexto social, escolar y familiar.
- Ha de ser exhaustiva, de
tal modo que proporcione información amplia en cantidad y calidad de todos
cuantos ámbitos sea necesario evaluar.
- Ha de ser rigurosa, ya
que debe reflejar la realidad de todos los elementos que intervienen en ella.
- Ha de ser participativa, ya
que en ella deben involucrarse cuantos docentes tengan influencia directa sobre
el alumno, además de lo padres: Profesores, Profesor-tutor y Orientador
- Ha de ser proporcionada, es decir, ajustada a las características de
cada alumno en particular y a las necesidades educativas que presenta.
- Ha de tener un enfoque multidisciplinar, ya
que en su desarrollo ha de tenerse en cuenta el grado de consecución de los
objetivos de todas las materias que esté cursando el alumno.
- Ha de ser ponderada.
Intentando determinar en lo posible el logro de los objetivos de las materias
que esté cursando.
- Ha de ser dinamista.
Intentando ver desde todas las perspectivas, con el fin de obtener información
cualitativa y cuantitativa.
Suele iniciarse el proceso generalmente a requerimiento del profesor,
ya que es quien está en contacto permanente con el alumno y quien lo solicita
al especialista en orientación. Dicha información afecta el currículo escolar,
a los contenidos, a los objetivo, y a las orientaciones que va marcando la
administración educativa, con la finalidad de poder combinar los objetivos
generales de la etapa con las estrategias de intervención adecuadas a cada
alumno y a sus necesidades educativas.
En cuanto a las características que debe tener un instrumento de
evaluación para retroalimentar el proceso enseñanza-aprendizaje son: que tengan
validez, es decir que los resultados correspondan a los objetivos que se
pretendan alcanzar; sistemático, que responda a una planificación previamente establecida sobre los criterios a
evaluar; que tenga continuidad, que evalúe permanentemente los procesos de
aprendizaje de manera sistemática; acumulativo, que reúna una serie de
datos que informen sobre los avances en el logro de los objetivos para poder
emitir una evaluación final; funcional, que ayude a detectar las
necesidades del alumno y de la realidad educativa que lo rodean para realizar
cambios apropiados durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, integral,
que tome en cuenta las manifestaciones de la personalidad (cognitivo, afectivo
e instrumental) del beneficiario.
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